Si yo te sentía...



Todos, quien más y quien menos, conoce o ha conocido alguna mujer embarazada, quizá una amiga, una hermana, incluso tú misma. Si es así, recordarás la emoción con la que ella y su pareja vivían ese tiempo de espera para poder ver y abrazar a su bebé. Seguramente tú misma/o te habrás emocionado de la misma manera que ellos dependiendo de la cercanía que tuvieseis. Cuando ocurre una muerte gestacional, toda esa ilusión, esa alegría, parece que se esfuma, y evidentemente, es así.

Un embarazo es un proceso biológico que implica una serie de cambios constantes (el feto se desarrolla día a día en el vientre materno) y los efectos de estos cambios a nivel físico y emocional los percibimos de manera gradual. Por esta razón son esenciales los controles médicos maternos. Aunque los controles médicos están muy protocolizados hoy en día, hemos de decir que ante cualquier situación excepcional que se detecte previa o a lo largo del embarazo en relación a la salud de la madre o del hijo, la atención médica se extrema. Sin embargo en ese continuo cambio que se da en la gestación, pueden producirse circunstancias indetectables o imprevisibles que pueden originar la interrupción de manera natural y espontánea de la gestación. Este tipo de circunstancias tan indeseables se pueden dar en cualquier momento de la gestación teniendo consecuencias emocionales diversas dependiendo del trascurso de lo acontecido.

Un aborto espontaneo es una situación inesperada que deja a la mujer y/o a la pareja que lo sufre secuelas  emocionales  más o menos intensas dependiendo de como haya sucedido. Con el post "Y de repente... nada", hemos querido reflejar de manera clara y directa un ejemplo de la dureza que la mujer, pareja e incluso la familia más cercana deben afrontar. Desde "Mi pequeño amado" queremos dar a conocer y abordar todas las emociones que pueden sentir en estos casos.

Para la mujer se trata de una situación emocional muy delicada, es un momento de "ALTA VULNERABILIDAD" por multitud de razones, pero a nuestro entender hay dos cuestiones de suma  importancia en este proceso emocional: LA INCAPACIDAD DE COMPRENDER lo que ha pasado, Y LA CONFUSIÓN, derivada de lo repentino de los hechos. En la mayoría de las veces que se da un aborto espontaneo no existe una causa clara que lo explique, por lo que su aceptación es complicada. A esta falta de causa hay que añadir el factor sorpresa, porque es algo repentino. Por lo tanto, a la falta de motivo, se le une la sombra de la duda de si se pudo hacer algo para evitarlo. Finalmente, hay un aspecto de peso en estos casos, una disonancia difícil de afrontar entre el antes y el después: muchas de ellas se sentían bien y sentían a su bebé, sin embargo lo han perdido.

La incomprensión, la confusión y la duda de si se pudo hacer algo para evitarlo, pueden crear en la mujer un halo de desconfianza en el personal sanitario, pero bajo nuestra experiencia lo más habitual, es que exista un sentimiento en la madre de CULPABILIDAD: "no me cuidé lo suficiente, no debí hacer..., me descuidé..." Este tipo de pensamientos aparecen como un intento de dar una respuesta lógica a lo sucedido, sin embargo, hacen que la mujer pierda confianza en sí misma.

Estos sentimientos pueden convivir con otras manifestaciones emocionales propias del duelo que se vive por la pérdida de ese bebé, de ese" pequeño amado", y son: rabia, enfado, llanto..., todas ellas normales en estos casos, son manifestaciones del dolor que se está sintiendo por la pérdida y ese dolor se debe VIVIR, EXPRESAR Y SOLTAR, lleve el tiempo que lleve, y eso depende de cada persona y de cada entorno. Reprimir y esconder las muestras del dolor solo lleva a alargar el proceso de recuperación o a hacerlo mucho más complicado.
Aceptar, asumir, requiere tiempo, paciencia, cariño, comprensión y esfuerzo de todos.

He perdido a mi bebé y esto me parece insuperable

Realmente en estas situaciones suelen aparecer una gran cantidad de sentimientos y pensamientos, muchos de ellos contradictorios, que seguramente te harán sentir abrumada, es lógico, tu mundo está patas arriba y no sabes por dónde ni cómo empezar a reconstruirlo. No hay nada claro, todo en tu cabeza es un CAOS, un tremendo caos. La desesperanza y el dolor de perder algo valioso no deja ver nada más allá de lo que se ha perdido, todo te parecerá una misión imposible.

Déjanos decirte que no es imposible, pero al mismo tiempo, ten claro que nada volverá a ser igual que antes, el duelo es una situación de pérdida pero también una posibilidad de cambio. Perder algo querido, SIEMPRE nos hace replantearnos nuestra escala de valores, estilo de vida o un sin fin de cosas más. Sin embargo, también nos obliga a buscar nuevas opciones. Lo más importante que tienes de tu pequeño amado es todo lo bueno y especial que te hizo sentir. Tú bebé, vuestro bebé, siempre será un bonito recuerdo, estará en tu mente, en tu corazón, siempre. 

Por ello desde"Mi pequeño amado", queremos ayudarte a conseguir que vuelvas a sonreír, por ello te proponemos lo siguiente:
  • Si en tu caso te sientes culpable o crees que otros son culpables de tu pérdida, busca los motivos que te llevan a pensar así, y escríbelos si así lo deseas. Después, piensa como las podrías evitar o cambiar si ahora estuvieses en esa misma situación, eso te ayudará a buscar alternativas de cambio y solución. Tras haber hecho lo anterior, intenta perdonarte y/o perdonar. La vida es un continuo aprendizaje, donde intentamos aprender con nuestras experiencias y con la de otros, a hacer las cosas bien para sentirnos felices. Un posible "error" que provoca la pérdida de nuestro pequeño, es algo indeseado, algo injusto, pero seguro que no ha sido intencionado. Perdonar-se en estas circunstancias es algo tan difícil como necesario: Tú / ellos hicisteis lo mejor que pudisteis las cosas, lo mejor que sabíais. 
  • Expresa tu dolor en soledad, pero también con tus allegados, es una manera de comunicarte con ellos, y de encontrar apoyo.  Es una expresión de confianza y de cariño mutuo.
  • Intenta guardar tiempo para estar con tu pareja, él también sufre, también necesita apoyo.
  • Cuida tu cuerpo: dieta equilibrada, ejercicio, descanso, apariencia... Sigue los consejos médicos oportunos que te hayan recomendado en tu caso.
  • Interésate por tu entorno más cercano: ellos también te necesitan, pues para ellos eres parte importante.
  • Dedica tiempo al ocio y aficiones: es una forma de liberar tu mente, es una manera de descansar.
  • Centra tu atención en lo que haces, cambia rutinas y hábitos si lo necesitas pero de una manera saludable. 
  • Intenta no obsesionarte con las cosas, la perfección no existe. Solo te lleva a una exigencia extrema que te impide disfrutar de las cosas buenas que tienes y logras cada día. La obsesión por la búsqueda de la perfección o control de todos los factores produce ansiedad y desasosiego más que paz.  
  • Recupera rutinas cotidianas a tu ritmo pero progresivamente: trabajo, etc. 
Cómo ayudar a alguien que ha tenido una pérdida gestacional. 

Si tienes algún ser querido, ya sea familiar o amigo, que ha sufrido una pérdida gestacional, pueden serte útiles las ideas descritas más arriba, pero además  aspectos que no puedes olvidar:
  • Respeta los momentos de soledad que tu familiar necesite, respeta su ritmo de recuperación.
  • Mantente atento y disponible a su necesidades incluso en estos periodos de soledad: una llamada, una breve visita, reconforta, ayuda a sentirse querido. La persona en duelo será quien te marque la manera de ayudarla: en qué, cuándo y cómo.
  • Ayúdale  a recuperar rutinas.
Si consideras que necesitas ayuda profesional, no dudes en pedirla.


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